PETRA ES MUCHO MÁS QUE SOLO PIEDRAS

Cuando alguien habla de Petra a todos nos viene a la cabeza la típica imagen del templo de la famosa película de Indiana Jones. Ese que está excavado en la roca de color rosado y encajonado en un desfiladero (llamado Siq aquí) muy estrecho y que se llama El Tesoro. Unos pocos sabrán que hay otro monumento, que se llama El Monasterio y que es parecido al primero pero está en un espacio más abierto, es más grande que el Tesoro e igualmente impresionante . Pero no, Petra no es solo eso, Petra es mucho más.

El Tesoro de Petra, el mismito que sale en la peli de Indiana Jones
El Tesoro de Petra, el mismito que sale en la peli de Indiana Jones

Si hablamos teóricamente Petra, o Raqmu como se la conocía en su época, es un importante enclave arqueológico, antigua capital del reino nabateo que se localiza en el valle de Aravá. La ciudad fue creada en el siglo II a.C. El centro de la ciudad abarca unos 6km cuadrados, pero todo el complejo de tumbas, templos y casas ocupa 264 kilómetros cuadrados. Los nabateos la hicieron prosperar gracias a sus grandes habilidades como mercaderes y a su sistema de recogida y abastecimiento de aguas que aseguraba el suministro de agua en una zona tan desértica como esta. Petra se convirtió en ciudad de paso indispensable para todas las caravanas que llevaban incienso, especias, seda marfil y otros artículos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.

Hacia el siglo VI d.C debido al cambio de las rutas comerciales y a algunos terremotos sufridos (Petra se encuentra donde la Placa Arábiga se separa de la Placa Africana) poco a poco la ciudad fue perdiendo importancia hasta casi abandonarse.

El Monasterio, es más grande que El Tesoro y hay una buena subida hasta llegar a él.
El Monasterio, es más grande que El Tesoro y hay una buena subida hasta llegar a él.

En 1812 el suizo Jean Louis Burckhardt, explorador que en sus viajes por Oriente Medio escuchó acerca de una ciudad escondida. Se hizo pasar por un musulmán que venía de lejos para justificar su acento y contrató un guía que le llevo hasta las ruinas de la antigua ciudad nabatea. Petra volvió a ser famosa, pero de otra forma.

Desde el año 2007 es considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.

Pero no, Petra no es solo esa ciudad nabatea que tan importante fue 2000 años atrás.

Petra no solo es ese sitio turístico, ni el camino por el desfiladero hasta El Tesoro y después hasta el El Monasterio que casi siempre está lleno de turistas.

Petra no son los a veces molestos vendedores de baratijas o los chicos que intentan venderte un paseo a caballo o en burro o una subida a “la vista del Tesoro”.

El domador de camellos de Petra.
El domador de camellos de Petra.

Petra es llegar por primera vez al Tesoro y que a pesar de haber visto esa foto un millón de veces, ahora que estás allí te quedes paralizada, con la boca abierta y con todos los pelos del cuerpo erizados de la emoción.

Petra es andar más allá del camino principal, bajo el calor intenso de pleno mes de junio, casi como si fuera una peregrinación para descubrir que todas las montañas hasta donde la vista te alcanza están talladas con tumbas nabateas. Es sentirte un poco Lawrence de Arabia cuando no te cruzas con nadie por el camino. Y después sentirte un poco como Indiana Jones cuando descubres tumbas y templos desiertos, entrar en ellos y asustarte del movimiento de una lagartija que sale de su escondrijo.

Petra es andar, de sol a sol, subir a sus lugares de sacrificio ubicados en lo alto de las montañas y abrumarte al contemplar las vistas desde allí.

Tumbas esculpidas en la piedra de Petra
Mires a dónde mires solo ves tumbas esculpidas en las paredes de piedra.

Petra es pararte a observar los diferentes colores de la piedra, las vetas que la hacen más o menos dura, las formas que el hombre esculpió y las que la propia naturaleza modificó después.

Las formas de Petra
La naturaleza también esculpe la piedra con el paso de los años.

Petra es maravillarte de los pájaros, mariposas y lagartijas de todo tipo que viven allí, entre esas piedras talladas cientos de años atrás.

Petra es andar sola por el Siq, temprano en la mañana o tarde a la tarde, y escuchar solo el sonido de los pájaros que revolotean sobre ti.

Gatos en Petra
Este gatito seguro que no es autóctono de la zona, pero estaba tan mono!

Petra no son solo piedras. Petra son todos esos los beduinos que han nacido allí y vivido toda sus vidas dentro de esta asombrosa ciudad, dentro de sus cuevas y ahora comparten con el mundo sus maravillas. Seguramente no son del todo conscientes de la importancia del lugar en el que viven. O quizás si, y por eso siguen viviendo allí.

Si les preguntas cual es su sitio favorito en Jordania contestan sin dudar “Petra!” y no es porque no hayan viajado, que muchos de ellos han vivido muchos años fuera, pero han vuelto, porque Petra tiene algo mágico, algo especial.

La mayoría de los beduinos que venden recuerdos en Petra o ofrecen sus servicios de guía, burro, camello o caballo, han verdaderamente nacido y vivido en las cuevas de Petra, las mismas que tú visitas ahora. Hacía los años 80, después de que Petra fuera declarada Patrimonio de la Unesco, el gobierno de Jordania desarrolló un nuevo asentamiento para trasladar a las familias beduinas que vivían en cuevas a casas de ladrillo. El asentamiento se llama Uum Sayhoun, que significa “dónde el aire siempre sopla” y se puede ver en lo alto e una colina desde el camino principal de en Petra.

La mayoría de las familias sigue manteniendo su cueva, aunque vivan en el asentamiento. Y todavía unas 40 familias viven en las cuevas de Petra y si sales de la ruta principal podrás encontrarte a sus cabras pastando libremente por entre las tumbas.

Cabras pastando libremente por Petra
Cabras pastando libremente por Petra

Petra es detenerte un momento para ver como es la vida de estos beduinos, quedarte hasta tarde en las ruinas para ver como recogen sus puestos y las mujeres esperan en el camino principal a que el marido vaya a buscarlas en coche para volver a casa. O esos chicos que vuelven a casa en sus burros después de un día de trabajo. Petra es pararte a hablar con esos beduinos, para descubrir un poquito de sus vidas.

Gente de Petra
Vuelta a casa después de la jornada de trabajo.

Como Zeinab, una chica de la misma edad que yo, que vende recuerdos en un puestecito situado frente a las Tumbas imperiales y me cuenta su vida mientras me invita a un té. Vive en Uum Sayhoun, aunque también tienen una cueva en las montañas.

De joven, después de casarse quería seguir estudiando pero se quedó embarazada. Por suerte años después algo cambió en la cabeza de su marido que le permitió ir a una ciudad cercana a Amman a acabar sus estudios de turismo. Normalmente una mujer no puede pasar noches fuera de la casa de su marido.

Su inglés es impecable. Ha viajado a Japón y a Portugal. Japón no le gustó, Portugal sí. Su lugar favorito en el mundo es Petra, y no hay una segunda opción, Petra es único.

Zeinab Esta embarazada, le quedan 10 días para salir de cuentas, y hoy será el último día que trabaje. Es bajita y tiene una tripa casi tan grande como ella, pero eso no le quita agilidad en sus movimientos. Va a ser su cuarto hijo, un chico, pero no puede evitar estar nerviosa, porque ya no es la chica joven que era cuando tuvo a su primer hijo. Inshallah todo ira bien.

Vendedora en Petra
Aquí con mi amiga Zeinab, embarazadísima que estaba.

O Abdulá, que pasa sus día en el chiringuito que hay en la vista aérea de el Tesoro (la que no hay que pagar por llegar). Abdulá tiene 10 hermanos y 1 hermana. Sonríe y tiene todos los dientes negros, alguno ya casi inexistente. No quiere casarse, porque no quiere tener hijos, pero en Jordania si te casas al año siguiente ya tienes hijos. Aquí no hay noviazgo, un hombre y una mujer que no estén casados no pueden estar juntos a solas. Aquí todos los beduinos se conocen y que es así como conocen a sus futuras mujeres. La gente se casa a los 15 y a los 16 ya tienen su primer hijo.

Uno de sus hermanos vive en Australia, esta casado con una inglesa y tienen dos hijos que vienen un mes en el verano. Los niños hablan árabe muy bien y disfrutan montando y jugando con los burros allí. Otro de sus hermanos tiene 4 mujeres, con una casa para cada una y un total de 18 hijos. Cuando yo y otros turistas le contamos que en Europa la gente como máximo tienen 3 hijos, pero que la media es 2, no puede creerlo.

Me cuenta que el nació en una cueva y que ha vivido toda su vida en Petra. Que su lugar favorito de Jordania es Petra, y el segundo lugar el desierto de Wadi Rum, porque hacen carreras con camellos. El mar muerto no le gustó, había mucha gente.

Gente de Petra
Abdulá, que está en la vista del Tesoro (la que no hay que pagar para llegar). Pídele que te haga el book completo de fotos que se sabe todas las posiciones cool.

Petra no solo es la piedra de sus monumentos, Petra son también sus gentes, su pueblo, y todos esos pequeños detalles que a veces pasan desapercibidos. Petra es la grandiosidad de saberte en un sitio único, escondido y olvidado durante muchísimos años e imaginar la emoción que debió sentir Jean Louis Burckhardt cuando lo redescubrió. Petra es sentirte un poco como un explorador en medio del desierto. Petra es la gente que lo habita la gente que le da vida y sus historias.

Petra es mucho más que solo piedras.

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Julio 2018

4 thoughts on “Petra es mucho más que solo piedras

    1. Maria

      Jordania en general es un país en el que te vas a sentir muy bienvenida y tiene autenticas joyas como Petra, Jerash, el desierto de Wadi Rum…
      Ponlo en la lista de próximos destinos que también podéis hacer excursiones por allí!

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